En Latinoamérica, se creó un género musical que ha tocado corazones alrededor del mundo, con sus letras apasionadas y melodías románticas y que, ahora, recibe el reconocimiento que merece en la escena global: El bolero. Este importante genero musical ha sido oficialmente declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
El anuncio, recibido con júbilo y emoción por amantes de la música, no solo destaca la relevancia del bolero en la historia musical, sino que también ilumina la importancia de figuras clave y sellos discográficos que contribuyeron significativamente a su evolución.
En el escenario del bolero, no podemos pasar por alto la trascendental contribución de Orfeón y sus compañías editoras: PHAM, EMROTH y EMMI; una piedra angular en la construcción de este género musical.
Desde su fundación en 1948 en México, Orfeón se convirtió en un pilar esencial para la difusión y consolidación del bolero, catapultando a innumerables artistas hacia la fama y llevando estas emotivas melodías a oídos de todo el mundo.
Artistas icónicos como Agustín Lara, Toña la Negra, Pedro Vargas y grandes trios inolvidables, como Los Tecolines y Los Tres Diamantes, encontraron en Orfeón una plataforma que les permitió expresar sus sentimientos a través de la música, marcando así un hito en la historia del bolero. Los valiosos registros de esta discográfica se convirtieron en el testamento sonoro de una era dorada, donde las letras románticas y las armonías melódicas dejaron una huella imborrable en la memoria colectiva.
Es fascinante observar cómo el bolero ha trascendido fronteras y ha perdurado en el tiempo, manteniendo su encanto y su capacidad de evocar emociones profundas. Esta distinción por parte de la UNESCO resalta la universalidad de un género que ha acariciado almas, enamorado corazones y, sin duda, ha dejado una marca indeleble en la rica paleta musical de la humanidad.